miércoles, 11 de abril de 2007

LAS ESTRATEGIAS DE LA LECTURA: SU UTILIZACIÓN EN EL AULA


Josefina Peña González


Las estrategias regulan las actividades de las personas, en la medida en que su aplicación permite seleccionar, evaluar, persistir o abandonar determinadas acciones para llegar a conseguir la meta propuesta. Las mismas, comportan características como la autodirección, el autocontrol y la flexibilidad, que al ser utilizadas en el proceso de lectura deben reunir estas mismas condiciones.

Es necesario resaltar el hecho de que no sólo la utilización de las estrategias junto con los conocimientos, las experiencias previas y la competencia lingüística, permite al lector construir el significado de un texto o comprenderlo, sino que también, de acuerdo a Solé (1992): …que el texto reúna ciertas condiciones como son la claridad o coherencia de la información contenida, de que su estructura resulte familiar o conocida y de que su léxico, su sintaxis y su cohesión interna tengan un nivel aceptable (p. 70). Y otra condición para lograr la comprensión sería, los conocimientos previos que posea el lector acerca del tema sobre el cual está leyendo.

Entonces se puede decir, que en el campo de la lectura las estrategias son actividades organizadas que se realizan sobre una determinada información con la finalidad de discriminar aquella que sea relevante y que necesitamos obtener. Por otro lado, existen diferentes clasificaciones pero su utilización en el aula platea un problema de orden conceptual para el docente. De su concepto acerca de las mismas va a depender de la didáctica que emplee, para que el alumno las adquiera, desarrolle y, posteriormente, haga un uso apropiado de aquellas.

Por tanto, es lógica la importancia de un docente como guía que motive a sus alumnos a leer, que plantee preguntas antes de iniciar una lectura, que enseñe a sus alumnos a conocer cada uno de los textos y puedan distinguir sus estructuras, a plantearse objetivos sobre la lectura, que los dirija en la formulación de hipótesis, predicciones e inferencias, que los enseñe a confirmarlas o a corregirlas, a discriminar la información relevante de un texto, a elaborar representaciones gráficas del mismo, para que el proceso de comprensión y aprendizaje resulte fácil.

Finalmente para que el alumno aprenda y desarrolle las estrategias se les debe permitir en las actividades de lectura compartida, confrontar con el profesor sus propias limitaciones, dándole la oportunidad de equivocarse, volver a leer, replantearse preguntas, disentir, para así, formar a lectores autónomos, críticos y constructivos.